miércoles, 30 de agosto de 2017

Padres... criadores de delincuentes.



En nuestro país el tema de la delincuencia es recurrente, tiempo en que es más sonoro que en otros, ocupando las principales portadas de diarios, más cuando no la ocupa no significa que la delincuencia ha disminuido, sigue en una mayor dimensión, pero más silente.

Por qué titular este artículo de padres criadores de delincuentes, pues los padres, dígase madre y padre, son los encargados de educar a sus hijos en valores y principios. Cada delincuente proviene de un hogar, por tanto, el comportamiento de un joven evidencia la educación recibida en su casa. Aunque hay excepciones

Muchos padres sólo saben tener acto sexual, más no educar y formar a sus hijos en principios y valores. Hay tiempo para ver tres y cuatro telenovelas, jugar dominós, estar al tanto de los chismes del barrio; pero no para dialogar con sus hijos, revisarle y ayudarle en las tareas. Estar al tanto de con cuales personas se juntan y qué temas tratan. Y es que en vez de salir con sus hijos, a un parque, o algún lugar apto para niños y jóvenes, prefieren llevarlo a colmadones a brindarle cerveza o enseñarle a las niñas a dar “golpe de cintura”

Muchos piensan que formar un “hogar” es, solamente, cuando un hombre y una mujer contraen matrimonio o deciden estar juntos y procrear hijos. Es además, tener dentro de la casa  reglas claras y precisas ; ya sea: la hora de llegada, cuando y hacia donde se puede salir, horas para estudiar o durante que tiempo se usará los dispositivos electrónicos, por citar algunas.


Si cada familia dominicana, asumiera su papel, de velar por la educación y formación de sus hijos, los casos de delincuencia serían mínimos. Hay muchos jóvenes, los cuales llevan una vida con propósito y metas claras, ellos agradecen las correcciones oportunas de sus padres, pues sin ellas hoy estaría en una esquina haciendo cuento, con dos menores embarazadas, fumando hookah y sin trabajar, no por falta de oportunidades; pues están casado con la vagancia.



Educar, orientar, amar a los hijos no se reduce en darles: arroz, habichuela y carne, costearles los estudios o comprarle cosas… Es dar un paso más,  el cual implica: dedicación, entrega, tiempo, amor, dialogo; cualidades tristemente que los jóvenes encuentran con más facilidad en sus amigos que en sus propios padres.



Por: Geuris Castillo

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